La miseria de 17’5 años por tanto dolor causado

Me avergüenzo muchas veces de ser hombre. ¿Quién nos dio la potestad de ser amos y señores de las vidas ajenas, de las vidas de nuestras parejas? Nadie, nadie absolutamente nadie. La increíble transformación del amor, más allá del odio en estos casos, en la persecución paranoica hasta darles muerte, no tiene fundamento ni en la mala educación, ni en la sociedad, ni solo en el machismo, va mucho más allá y quizás solo la psicología y la psiquiatría podría dar un planteamiento médico a esta insostenible plaga de “justicieros del amor”. No se mata por amor, por amor se ama, se mata por perder la comodidad, por perder la esclava, por perder el dominio…pero por amor nunca. 17’5 años son pocos años, muy pocos, aunque sean también una eternidad…pero más vale así.

Solo pensar en la triste vida de esas mujeres que amaron a quien no debieron me angustia. El paso de los días, el paso de sus vidas, el triste puente que cruzaron trasladándolas desde el amor hasta la tortura, el maltrato, los insultos, la anulación y el desprecio de quien tu elegiste para compartir una vida que suponías feliz, tiene que ser un camino tremendamente desgarrador. El dolor se esconde muchas veces, la mayoría de veces y por vergüenza se calla. Ello añade aún más sufrimiento y ansiedad. ¿17’5 años pueden pagar ese horror, ese tremendo calvario hasta la muerte? Nunca se podrá saldar esa cuenta. Nunca. Nunca la justicia podrá ser justa y mucho menos reparadora.

Ante ello la sociedad debe ser vigilante, ante el miedo de ellas, la sociedad debe ser valiente, antes que tarde hay que liberarlas de esas cárceles criminales. Devolverles la vida denunciado sus acosos, sus peleas, sus chillidos, solo así quizás podamos ayudarles a ver de nuevo la vida. La vida que se merecen y que nadie tiene derecho ni a anular ni a robar.

Las denuncia no bastan, las separaciones tampoco. La sociedad es quien está en deuda con ellas, los débiles deben ser siempre protegidos por la sociedad. Es urgente buscar soluciones. Cada día aumenta la cuenta, seamos valientes, ellas merecen nuestro apoyo y nuestra dedicación. Enfrentémonos de una vez con el problema, medios, participación, coherencia, proyectos y mucha, mucha protección antes de que ocurra nada, luego es ya demasiado tarde. Digamos todos y todas basta ya. Con otras plagas la humanidad ha vencido, no dejemos que esta nos deje un día más con un nuevo reguero de sangre tras un amor equivocado.

Más información: Diario de Mallorca